Carpas Plus Size en Isla Paulino
Una de las pescas que más desarrollo y crecimiento de aficionados ha tenido en las últimas décadas es el “carp fishing” o pesca de carpas. La versatilidad de este super pez capaz de colonizar diversos ámbitos, adaptarse a distintas circunstancias y alimentarse prácticamente de todo, hace que lo encontremos en casi todo el país, pues hace rato superó la barrera del frío que la llevaba a no trascender más allá del Río Colorado y hoy la tenemos hasta en los fríos lagos y ríos patagónicos.
Así las cosas, la geografía bonaerense y el Río de la Plata son los escenarios más frecuentes para su pesca, y no solo por la presencia fuerte de este pez, sino también por que esta zona del país concentra la mayor densidad poblacional. Longeva, sin enemigos naturales por ser pez invasor, arquitecta de ecosistemas, la carpa se ha adaptado muy bien a vivir en el Río de la Plata, donde existen puntos de concentración de los mejores ejemplares, normalmente asociados a puertos con grandes profundidades, con canales dragados, como los de Buenos Aires y La Plata. Hacia éste último punto fuimos por ella, en la salida del Río Santiago, sobre el malecón de piedras de la Isla Paulino, al que accedemos tomando una lancha en el puesto de Prefectura Monte Río Santiago, a la salida del ,puerto de La Plata, allí donde se reportan los guías de Berisso cada vez que hacen una salida de embarcados al Río de la Plata.
Este malecón se enfrenta a otro que corre de manera paralela, separado por unos 300 metros, y entre ambos protegen de la entrada de arena y sedimentos al ingreso hecho por el hombre al puerto de La Plata. Ese canal dragado, es punto de concentración de carpas gigantes.
Se usan para su pesca equipos de medio lance, pues hay que arrojar plomadas de hasta 100 gramos a unos 40 metros, aunque existe quien arriesga con equipos más livianos pescando a unos 15 metros de la orilla, tirando casi a la caída de las piedras. La línea puede ser la clásica coreana con resorte retén de masa y varios anzuelos para “enterrar” en esa bola de cebo, o también podemos optar por una variante más deportiva con una línea de plomada corrediza en formato cajón (para que no ruede en el fondo) rematada en un esmerillón del que partirán dos brazoladas asimétricas (una de 20 y una de 10 cm, por ejemplo) rematadas en un anzuelo simple con resorte retén de masa. Allí montaremos dos bolitas de una masa consistente, que no se desprenda, y que al juntarse en el agua tendrán un volumen interesante para que las carpas se arrimen. Además, si una se desprende, quedará otro anzuelo encarnado.
Es vital más o menos mantener el mismo tiro de siempre, así iremos cebando un área determinada que concentrará a éstos omnívoros de gran olfato. El pique se manifiesta con una llevada franca, esa “bajada de caña” con la que sueña el pescador. El poder de los ejemplares es soberbio, por lo que se recomienda tener la estrella floja permitiendo la llevada y poner las cañas sobre posacañas que la tengan firme, para evitar caídas y roturas o que directamente el pez nos arrebate el equipo de pesca. Hay carpones de hasta 14 kilos, al alcance de cualquier novato, pues esta pesca no implica grandes exigencias técnicas y el pez tiene una boca blanda donde prácticamente se clava solo con una mínima tensión en la llevada.
Por último, es menester llevar un buen copo –preferentemente de mango extensible- para que algún compañero nos asista al levantar la pieza.
Equipos recomendados:
- Reeles: Spinit Triumph, Spinit Phanter, Spinit Style y Spinit Vulcan, en tamaños 30 y 40.
- Cañas: Bordeausx & Black de 2,40 y 2,70 mts, Spinit Brava de 2,40 y 2,70 mts.
- Copo: Spinit Barracuda de mango extensible.
- Balde para hacer masa con harinados mezclados con agua del lugar: Mauri portacarnadas.
Por: Wilmar Merino
