El Río de la Plata asiste por estos días de primavera, a la despedida de la temporada de pejerrey. Los grandes matungos del Río de la Plata ya han cumplido su ciclo vital del desove, o lo están cumpliendo, por lo que decidimos minimizar el impacto de nuestras capturas sin perturbar a la especie en un momento tan crítico buscándolos muy lejos de los bancos donde desovan, en la convicción de que así daríamos con piezas que ya habían hecho las puestas y decididamente emprendían su regreso al borde del estuario.

Así las cosas, salimos de San Fernando hacia el centro del río color de león, buscando un área extensa de playa honda –esa gran pampa líquida que se encuentra en el centro del estuario- delimitada por un triángulo de naufragios de los barcos Trienna, Sofía y Carmen. Tras una hora y media de lancha, en absoluta soledad, armamos la calle de ceba bajando tarros que suelten por goteo aceite de pescado, e iniciamos un lento garete (pesca a la deriva), haciendo que nuestras boyas “caminen” por encima de esa calle de ceba que produce el aceite. Como era de esperarse, los piques en esta parte del río no íban a ser constantes, pero sí podíamos aspirar a grandes piezas.

Tras una hora de intentos infructuosos o logrando especies de cuero (bagres y patíes), arrancaron los pejerreyes. Primero logré uno mediano, que se tentó con las tres mojarras enhebradas en mi anzuelo Mustad 2/0. Luego un compañero logró el ejemplar del día: un soberbio pejerrey de 57 cm, matungo tremendo que fue izado con nuestro copo de mango extensible, algo con lo que siempre hay que contar para asegurar piezas de calidad.

La exigencia para mi caña Spinit Proline de 4,50 estaba por venir: a lo lejos clave un peje en la última boya, pero veo que la primera se dispara para el otro costado: dos pejerreyes de más de un kilo hicieron trabajar la caña hasta el límite de su resistencia, pero regulando bien la estrella del reel Spinit Triumph, pudimos izarlos y festejar todos los tripulantes fundidos en un abrazo.

No fueron las únicas sorpresas: a lo largo del día, matungos que pasaron ampliamente el kilo nos fueron dando sonrisas a todos. Es importante para ello que la línea trabaje suelta, a pick up abierto, y que usemos un multifilamento bueno (Asso en este caso) de un diámetro no mayor a 0,20, cosa que permitirá una carga interesante en el reel para poder dejar derivar las boyas a más de 150 metros.

Como tips finales, llevar una buena provisión de mojarras vivas en su balde portacarnada Mauri, que le permitirá ir renovándoles el agua y evitar que mueren. Además, un buen cuchillo filetero Trento para hacer tiritas de sardina si es que sacamos una, cosa muy recomendable para atraer buenas piezas.

Aproveche este momento del Río de la Plata para dar con trofeos inigualables, esos pejerreyes de ensueño que desvelan a los amantes de la pesca de flote. Vaya y disfrute con su guía amigo.