La boga es uno de los peces más populares de la cuenca parano-platense. Su pesca, tan exquisita como su carne, y su relativa abundancia, la convierten en una verdadera “maestra de pescadores” que disfrutan de lo sutil de su pique y la bravura de su pelea una vez clavada.

Cabe consignar que nunca debe perderse de vista que estamos ante un omívoro, es decir, un pez que de acuerdo a sus necesidades proteicas y la disposición de alimento, puede cambiar entre alimentos de origen animal o vegetal. Y así como en la naturaleza como frutos, granos, moluscos, restos de otros peces e insectos, en nuestra oferta de carnada no deben faltar cebos como maíz remojado en esencia de vainilla o simplemente hervido, masas de cereales, productos cárnicos (como el corazón, salamín e hígado) y por supuesto daditos de carne de otros peces (como el sábalo, la mojarra o el bagre amarillo). Frecuente habitante de puertos cerealeros, aprovecha el derroche de carga de estos cereales en los barcos para amontonarse en verdaderos cebaderos. A propósito de ceba, en recreos del Guazú o los famosos malecones de Berisso, es clave cebar tirando granos de maíz para retenerlas y multiplicar las capturas.

Si las pescamos en grandes profundidades, es menester usar plomos que anclen la línea y contar con una brazolada larga (80 cm al metro) que juegue libre con la correntada. En estos ambientes el pique de la boga será más bruto, más marcado, pues el pez no tiene tiempo de esperar con la fuerza de la corriente y arrebata aquello que considera alimento. Granos de maíz, simples o recubiertos de masa, serán los cebos a usar. Si en cambio las pescamos en ambientes más tranquilos o reparados, como la base de rocas de alguna escollera o muelle donde el agua no corra, aquí podemos usar la técnica de “pescar colgado”, es decir, bajar el aparejo con una brazolada a 30 cm de la plomada que deje el anzuelo a la altura de la misma, y bajar verticalmente el conjunto hasta que toque el fondo o la roca. Ni bien sentimos que tocó fondo, levantamos la línea con dos vueltas de reel.

Y si tenemos chances de encontrar ambientes calmos, podemos tentarlas de flote, una pesca por demás apasionante pues le agrega el condimento visual del flotador hundiéndose o desplazándose. Por último, también las bogas toman artificiales: se las está pescando con frutos blandos en Concepción del Uruguay y en el Alto Paraná, tirando moscas que imiten frutos blandos al caer de un árbol. En estos casos, la boga, al tomar el engaño, suele desplazar la línea aguas arriba, identificándose entre otras potenciales piezas como dorados chicos o pirapitás.

En cualquiera de los casos, la caña de boga tiene que tener el tip fino para marcar bien el pique, pero luego darnos buena seguridad en la pelea. Largos y potencias van a variar de acuerdo a la situación de pesca: no es lo mismo estar en un muelle y pescar sobre piedras, para lo cual necesitaremos una caña de 2,40 en adelante, que pescarlas de embarcados (con cañas de 1,90 a 2,40) o de medio lance (para muelles donde haya que tirar corto) o lance (donde hay que ganar distancias, como en Costanera Norte porteña, por ejemplo).

El anzuelo a utilizar debe ser fuerte y de pata corta, y cuando peleamos este pez, tengamos en cuenta que puede venir pinchado del labio, que es blando, por lo que nunca hay que apurarla y sí dejar que la curvatura dela caña la vaya cansando en sus embates. Asimismo el reel debe trabajarse con la estrella regulada a un 60%, para permitirle ganar hilo si lo pide, y evitar cortes por rotura de labio o nailon. Si usamos multifilamento, tenemos que ser más sutiles al clavar, porque este filamento que no estira transmite directamente el golpe a la boca del pez, y podemos cortarle el labio si somos demasiado bruscos clavando al sentir el pique.

Contar con un copo o mediomundo para rematar las peleas es fundamental, ya que este pez que suele pesar hasta 5 kilos puede hacernos perder la línea o sufrir un corte de labio si queremos izar una pieza de más de un kilo simplemente tirando del hilo hacia arriba.

Anímese a pescar bogas, una especie ideal también par que los niños aprendan a pescar ya que nos obligan a medir muy bien el momento de la clavada, que suele ser conveniente después de una llevada firme que se da tras unos toques tímidos en donde el pez va tomando el cebo como un roedor. Verá que las “damas del río” lo van a recompensar con bravas e inolvidables luchas plenas de emociones.

Equipos recomendados:

• Para pesca desde muelles (colgados): caña Spinit Riviera de 2,70 mts y reel Spinit Hexa 3005
• Para pesca de embarcados: Caña Spinit Baitmax y reel Spinit Spider
• Para pesca de medio lance: Caña Spinit Rebel 3002 y Reel Spinit Spartak 5004
• Para pesca de lance: Spinit Pro Distance 4,30 mts y reel Spinit Pro Distances F 6000.

Por: Wilmar Merino