La pesca de pejerreyes en muelles es apasionante porque exige al pescador constantemente, sobre todo en una temporada de arranque tardío con piezas de gran calidad. El cambio climático está haciendo lo suyo manteniendo los ríos cálidos y sin sedimentar (algo que ocurre con las heladas), por eso la temporada de pejerreyes ha tenido un arranque tardío en los grandes cursos del Delta.

En virtud de este nuevo estado de cosas, mayo, equivalente a lo que antes eran los abriles del remonte de los grandes pejerreyes, ahora es un mes “matunguero”, un preludio de un junio que será un mes de tamaños entreverados, donde habrá pejerreyes para todos los gustos: cornalitos y junqueros cerca de las bases de los muelles y barrancas y buenos pejerreyes río afuera, mezclándose con un momento de medianos que seguramente lo van a primerear a la hora de arrebatarles la carnada a los buenos.

Estas primeras semanas de la aparición del pejerrey en el Guazú son vitales para lograr trofeos, porque el chiquitaje espera condiciones óptimas, mientras los viejos exploradores avanzan pechando el agua barrosa que trae recuerdos de cordillera y Bermejo.

Ante este clima que contradice al calendario, los peces, como seres vivos que son, también sufren este desconcierto. Doradillos, pirapitás y manduvas, le proponen un verdadero “campo minado” a los pejes chicos, alentados por los calorcitos que hacen que el agua, como toda masa líquida, demore mucho más en enfriarse. Más puntos a favor de los pejes grandes, que zafan por tamaño de aquellas fauces.

Para lograr matungos es menester contar con un buen equipo que no falle en el momento preciso, pues se trata de pescas que darán muy pocas chances y detrás de cada boya que se mueve puede estar el pejerrey de nuestros sueños. En mi caso opto por cañas largas tipo Spinit Proteus de 4,30 mts, cónicas y guapas en su construcción como para estar seguro ante un doblete de piezas grandes o la eventual captura de especies combativas como dorados o manduvas, cuando no un gran patí o amarillo enorme. Le monto un reel de rápida recuperación como el Hexa, o los Turbo, con multifilamento del 0,18 para lograr buena capacidad de carga y distancia en los tiros. Y lo importante, es que la línea resulte de principio a fin más corta que el largo de caña (por eso uso cañas de 4,30 y no de 4 mts), así podemos manipular mejor la línea e izar “pejerrey al pecho” como marcan las buenas costumbres de los que saben pescar.

Líneas de tres o cuatro boyas esféricas, mas puntero pescador, o de tres cometas o chupetonas, mas puntero pescador, será lo ideal, teniendo en cuenta poner un mosquetón o esmerillón que nos faciliten el rápido recambio de punteros por si necesitamos alguno de goma maciza para meter la línea bien adentro.

Del lado entrerriano, donde el río “come barranca” (a diferencia del lado bonaerense donde el río deposita sedimentos) se dan las mejores piezas, pues el agua profunda está allí nomás de cada barranca o muelle.

Se dio la norma de pocos pero muy grandes pejerreyes, como para que terminen en un cuadrito en nuestro rincón favorito. En breve, llegará el tiempo de tener más acción y lograr cantidad, antes que calidad de ejemplares. Por eso, si van por matungos en breve, no olviden confiar en buenos equipos que le permitan izar una gran pieza que pueda pasar el kilo de peso, sin ayuda de copos ni mediomundos. Spinit te da esa garantía de equipo confiable y que no te va a desamparar cuando más lo necesites.

Por: Wilmar Merino