Frío y viento. Dos factores que sin dudas complican cualquier pesca. Y también la del pejerrey en pleno invierno. Porque si bien asociamos las flechas de plata a las estaciones más frías del año, no debemos olvidar que es un pez de aguas frescas., no frías del todo. Así las cosas, cuando la marca térmica del agua baja de los 10 grados, el pejerrey buscará refugio en marcas térmicas más estables: escapará de orillas y superficies y se quedará pegado al fondo. Y será la hora de pescarlos “al barro”, como decimos los pescadores.

De esta situación, que se repite en otros ámbitos palustres bonaerenses, dio cuenta el equipo de relevamiento que decidió hacer una pesca de orilla en la rendidora laguna de Cochicó, partido de Guaminí. Un espejo muy bien poblado de pejerreyes que van variando su comportamiento de acuerdo a la época del año y los rigores climáticos. Con la consigna de hacer una pesca orillera de esas que permiten estar con el auto al lado, fueron al camping Municipal de la laguna de Cochicó, que ofrece proveeduría, baños y muy buenos servicios (por lo que se puede visitar en familia sin problemas), más una costa amplia de 1600 metros en donde podemos buscar un lugar alejado del trajín de las lanchas que allí embarcan pescadores, para intentar con el peje a pie seco.

El primer parteaguas se dio con un factor preponderante para decidir las acciones: el viento. De más de 30 km y con ráfagas de hasta 50 pegando sobre esa costa, la pesca a flote prácticamente quedó descartada desde el inicio. Así las cosas, armaron sus cañas Spinit Spectrum y Proline, de 4 mts, con reeles Spinit Triumph SE 4000 cargados con multifilamento del 0,16 y 0,18 (es importante un multifilamento fino que “corte” el agua y evite que la marejada con viento arrastre la línea) y usaron líneas de dos anzuelos con boya elevadora y brazoladas largas. La carnada: mojarra y filet, en un anzuelo número 1 ideal para peces de boca chica como los que tiene Cochicó.

Al principio los piques brillaron por su ausencia. Hasta que a media mañana uno de los aficionados decidió correr la brazolada de abajo –gracias a los nudos corredizos- hasta pegar el rotor a la plomada, dejando esa brazolada más corta (30 cm) con respecto a la elevada (70 cm). Y ahí dio con la clave: uno tras otro se empezaron a suceder los pejes, cortos, retacones, fuertes, de boca chica y ¡helados!. Evidentemente la actividad metabólica de los peces disminuye con las heladas y el agua gélida manda los peces bien abajo. Sus amigos cambiaron a esa modalidad y también se sucedieron las capturas. Nada magnífico, pero todo peje lindo de 30 cm. Quizás de haber contado con equipos de lance o medio lanche para tirar plomadas pesadas (Por ejemplo una caña Spinit Tempest de 3 mts, con un reel Spinit Titan V8t 550) que no sean arrastradas por la corriente hubieran logrado más distancia y retención de línea y mejor pesca aún. Recordar siempre que “línea que camina, no pesca”.

Sin embargo, en un día donde la temperatura ambiente no pasó de los 4 grados de máxima y en una jornada de pesca iniciada a las 6 de la mañana hasta la medianoche, se lograron 80 capturas entre tres pescadores. El filet fue la mejor carnada, pues con mojarra no hubo buenos resultados entre otros pescadores que poseían esa carnada. Nada pero nada mal en una jornada con condiciones tan extremas.

Por último, cabe consignarse que el camping Municipal Cochicó cuenta con 1600 metros de costa para pesca deportiva (buena parte iluminada), proveeduría, baños, arboleda y parrillas. Se venden allí carnadas. Tel: 02929 43-2507

Por: Wilmar Merino