Tarariras en Gualeguay

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Tarariras en Gualeguay

Hay una lógica que se reptite cada vez con más frecuencia en lo que a escenarios de pesca se refiere: Cada pesquero bien cuidado y gestionado (es decir, sin exceder cierto cupo de pescadores), mantendrá su pesca y gozará de buena saluda largo plazo. Mientras que lugares públicos o pesqueros donde sus propietarios suman cañas por demás, termina resintiendo sus bondades piscatorias. Por eso celebramos haber visitado un coto privado en Gualeguay, al que accedemos pasando varias tranqueras y con paisanos cuidando su ámbito, para divertirnos en grande con una especie maravillosa y generosa: la tararira.

Al llegar al lugar, un verdadero laberinto de riachos bajos, desbordes del río Gualeguay, el viento estaba muy bravo, conspirando contra toda chance de pesca en una especie muy sensible a este factor climático. Entonces, pescamos de entrada con carnada, usando las clásicas boyas plop. Así, con esa líne y un encarne de corazón vacuno, logramos las primeras emociones, sumando a las tarariras tremendos bagres sapo.

Al mediodía, tras degustar una carne al disco con sabor a gloria, ocurrió lo que tanto esperábamos: el viento frenó. Así las cosas, la tarde nos regaló abundantes sorpresas, primero “rascando el fondo” con señuelos lipless y de media agua como los Spinit Sardina y Spinit Rattan, y después con la clásica combinación de ranas Spinit Highlander con cuchara de goma.

Promediando la tarde, mientras el calor iba en aumento, hicimos un pescón de tarariras usando la rana Highlander sola, sin la hélice que viene en el blíster, pues la clave era recogerla bien lento, a velocidad de rana nadando, haciendo que sus vibrantes patitas le dieran al engaño una acción bien natural. No menos de 20 ejemplares logramos de esta manera pescando en aguas de 30 cm máximo.

En este aprate es bueno hablar de equipos. El bait, con sus tiros de precisión, fue la técnica más usada, ideal para tiros cortos de precisión. Pero no hay que descartar el spinning, técnica especialmente útil a primera hora cuando nada rendía salvo recorrer grandes distancias de agua con un señuelo lipless o de media agua. En ambos casos, cañas de 1,90 a 2,10 mts, reeles acorde a cada modalidad con multifilamento y un remate de leader de fluorocarbon (ideal tener este terminal grueso, del 0,60, para izar las piezas en barranquitas) y un snap quita y pon, serán lo aconsejable.

El final de tarde fue un verdadero festival de piques, con señuelos de superficie. Ranas tipo thai, o las ya mencionadas Highlander que son indestructibles, sumados a señuelos con hélice como los NG Turbo o bocones como las Popper Frog, nos deleitaron la vista viendo esas tarariras atacarlos arriba.

Y sea en aguas con vegetación emergente (sobre todo duraznillos) o en aquellas donde podíamos operar cranks “barriendo agua”, se dio una constante: donde dábamos con una tarucha, de seguro había más. Muchas más. Hubo colas de agua en donde por grupo se lograron hasta 25 ejemplares afuera, con lo que ello conlleva de piques errados, mostrando que la especie se agrupaba de modo gregario en sitios puntuales donde ganaba temperatura el agua y disponían de alimento.

Sin dudas, un festival para repetir en breve e ir agendando fechas para revancha en una temporada que recién empieza.

Equipos recomendados:

  • En baitcast nada mejor que el reel Spinit Extreme, con una caña Spinit Blue Rideer de 1,80 mts.
  • En Spinning, usamos reel Style 30 con caña Spinit Arco Iris de 1,80 mts. Y en ambos casos, multifilamento Shimano Power Pro de 30 lbs.

Por: Wilmar Merino


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